Aprovecho para desmitificar la imagen del jubilado como persona ociosa, por lo menos en mi entorno. He tenido que preparar una hoja Excel con mi agenda. Bien es cierto, que nada tiene que ver con el espíritu que conlleva una agenda profesional, pero horas son casi las mismas.
Un antiguo compañero de profesion, llegó a comentar en una reunión, con la gracia que siempre tuvo: ”no sé de dónde sacaba antes tiempo para trabajar”
Retomo el tema relacionado con Arturo. Lo conozco hace más de 40 años cuando coincidimos regateando en el Pantano de San Juan. El venía desde Salamanca con Teresa en un “dos caballos” y yo pertenecía al grupo de afiliados deportivos, que fue la disculpa que se inventó Miguel Lopez-Dóriga para los que éramos estudiantes y nadie nos pagaba el mal entendido lujo de navegar, pudiéramos hacer vela. Nunca lo olvidaré y siempre se lo agradeceré.
Sigo retomando el tema de Arturo. Por los nombres que mencionaba, dicho con el máximo cariño, algunas “viejas glorias”, supe que conocía a muchos de ellos. Unos de Madrid, otros de Villagarcía , y alguien con quien coincidí profesionalmente en Arabia Saudí en los años 80 y a quien no veía desde entonces.
¿Cómo saber más de la Cofradía? La solución era fácil: Internet
Me fijé en la foto y en la relación de participantes de la última reunión en Ferrol.
Empecé a ver caras y nombres conocidos., y también que se viajaba. Mi ilusión inicial se iba reconfirmando. Por la gente, por los viajes y por el espíritu contenido en sus estatutos.
Al poco tiempo recibí una comunicación diciendo que había un viaje previsto por el rio Duero.
Y me animaban a ir….!!!!!!!!!, pero si estábamos deseando conocerlo ¡!!!!
Se lo dije a Pilar, mi mujer, y le pareció una idea estupenda. Nos apuntamos de inmediato.
…y quien irá? Lo que al principio nos preocupaba fue un sentimiento que desapareció en el mismo momento en que nos encontramos en el hall del hotel Fenix para ir a cenar todos juntos. El lugar, Club Portuense, no soy capaz de describirlo pues no soy un profesional de la redacción, y caería fácilmente en una descripción rebuscada al tratar de transmitir la elegancia, la sobriedad, el clasicismo de unos salones elegantes acordes con los anfitriones, Antonio Roquette y Sra , que le pusieron el toque de afecto humano. La cena: inmejorable. Ese primer acercamiento al grupo fue muy fácil, porque nos sentimos totalmente integrados desde el principio por un trato afable y abierto.
Lo menos importante era ya, a quien conocíamos. Nos encontramos entre personas, que ninguna nos parecía ajena. Todos hablábamos el mismo idioma, aunque este fuera español y/o portugués.
Al día siguiente madrugón. A las 8 de la mañana, desatracábamos y empezamos la subida por el río. Así empezó una excursión preciosa, en un entorno muy peculiar. Impresionante el paso por las exclusas.
….y partir de aquí visitas a bodegas, aprendizaje sobre el vino, su elección, su momento…y a catarlo.
Visitamos la Quinta do Seixo, bodega origen de Sandeman. Comida, exquisita y original basada en los ingredientes tradicionales ,en el restaurante DOC, en la orilla del rio, y retornamos al hotel.
Pudimos asistir a una muy interesante charla sobre Fernando de Magallahes , originario de la región de Sabrosa ,donde nos encontrábamos.
El último día , fuimos recibidos en la Quinta do Castro, donde se nos enseñó todo el proceso de elaboración del vino,desde que llega a la bodega hasta que se prepara para su distribución.
La familia Roquette, nos invitó en su casa, anexa a la bodega, a una magnifica comida.
No solo fue el menú si no también el ambiente tan agradable, que de una manera informal , supieron preparar. El diseño de la Quinta, integrando la casa y la bodega como parte del paisaje, con su magnífica piscina “desembocando” sobre el rio Duero, son difíciles de olvidar.
Pero todo lo bueno se acaba. Y había que volver. Los responsables y organizadores de la reunión, como una muestra más de su capacidad para hacer lo más confortable posible los desplazamientos, consiguieron que el tren de regreso a Oporto parase en un apeadero, cerrado a los usuarios. Se abrió excepcionalmente en esta ocasión para los integrantes de la Cofradía Europea de la Vela. Más no se puede pedir, salvo repetir una vez nuestro agradecimiento por el tiempo y la dedicación que prestaron a esta reunión.
Gracias a todo, por habernos acogido a Pilar y a mí, así como a otros “novicios” como si nos conociéramos de toda la vida y sobre todo a la familia Roquette por su hospitalidad y una vez más por su afectuosa acogida.
………..nos vemos en Lisboa.